Abortos de repetición, ¿cómo evitarlos?

Abortos de repetición, ¿cómo evitarlos?

Los abortos de repetición sin explicación son hoy día un tema muy debatido. La pérdida espontánea es la complicación más frecuente en el embarazo, ya que un 15-20% de los embarazos se detienen con un aborto. Su vivencia de forma repetitiva ha sido descrita como un acontecimiento traumático para la pareja, pudiendo generar síntomas depresivos, ansiedad, baja autoestima, desencadenar un proceso de duelo y otras consecuencias psicológicas.

Son muchos factores los que influyen en el aborto de repetición, pero la edad de la mujer es fundamental, duplicándose el riesgo inicial a partir de los 40 años, acercándose al 40-80%. Lo que significa que más de la mitad de los embarazos en mujeres de 40 años en adelante pueden concluir con un aborto. Entre las posibles causas se contemplan las genéticas, anatómicas, trombofilias, inmunológicas, endocrinas, infecciones, endometritis, etc.

Cuando se padecen dos abortos consecutivos es recomendable iniciar un estudio personalizado de las causas, considerando además de la edad otros factores mediante la valoración de la pareja en conjunto, conociendo sus antecedentes personales y familiares, o las circunstancias que rodean las pérdidas gestacionales y el estado emocional. Se sabe por ejemplo que corregir hábitos de vida como el tabaco, el alcohol o los niveles vitamínicos como el ácido fólico o la vitamina D, puede ayudar a que las gestaciones sigan su curso y lleguen a término.

En la Unidad de Reproducción La Vega abordamos de manera integral el estudio de los abortos. Asesoramos y ofrecemos soluciones a cada una de las posibles causas para lograr la mejor receptividad uterina y embriones cromosómicamente testados, aumentando así las posibilidades de tener un hijo sano en casa y evitar un nuevo aborto.

Causas relacionadas con la genética del embrión. Hasta el 70% de los embriones en pacientes con abortos de repetición presentan alteraciones cromosómicas. El factor que más influye abortos por causas genéticas es la edad materna avanzada, pero también puede suceder que uno o ambos progenitores sea portador de una alteración cromosómica que pasa desapercibida, pero que da lugar a embriones no viables, o que se den alteraciones en la espermatogénesis del varón y se formen espermatozoides con alteraciones genéticas.

En estos casos es necesaria la aplicación del test genético preimplantacional a los embriones resultantes de una fecundación in vitro para analizar los cromosomas de cada embrión, y seleccionar los embriones sanos, libres de cualquier tipo de anomalía, para transferir al útero materno, obteniendo así las máximas garantías de implantación, desarrollo de un embarazo a término y nacimiento de un bebé sano.

Causas anatómicas. En ciertos casos, el aparato reproductor de la paciente presenta anomalías que pueden dificultar o impedir el desarrollo de su embarazo. Unas son de origen congénito y otras adquiridas. Algunas anomalías congénitas como el tabique uterino o útero septo, y útero en T están asociadas con el aborto espontáneo recurrente. Mientras que las alteraciones anatómicas adquiridas relacionadas con los abortos de repetición comprenden cualquier proceso que deforme la cavidad uterina, como los pólipos, las adherencias y los miomas. Su implicación en el fallo reproductivo se atribuye a alteraciones en la implantación.

La histeroscopia es la mejor manera de evaluar la cavidad uterina para confirmar patología y tratarla en el mismo momento. Además, permite la toma de muestras para realizar estudios como el de endometritis, por ejemplo.

Causas inmunológicas: síndrome antifosfolípido (SAF). Se considera una de las causas más frecuente de los abortos de repetición, al crear por error anticuerpos que hacen que la sangre sea más propensa a coagularse. Se considera responsable de entre un 10-15% de los casos de abortos de repetición que se producen, porque el cuerpo no reconoce al feto como una estructura propia y, como consecuencia, genera anticuerpos para rechazarlo. Estos trastornos son difíciles de identificar y han de valorarse en su conjunto y de forma personalizada.

Alteraciones de la coagulación: estudio de trombofilias. Hasta el 50% de las mujeres con abortos de repetición tiene algún tipo de trombofilia, una patología que se caracteriza por formar coágulos en la circulación que obstruyen el adecuado flujo sanguíneo. Cuando esto ocurre a nivel de la placenta, y se obstruyen la totalidad de los vasos, se produce un infarto placentario masivo y el embrión muere por falta de irrigación. Cuando se confirman, pueden tratarse con heparina. En estos casos, un alto porcentaje de pacientes pueden recibir tratamiento preventivo con heparina de bajo peso molecular.

Enfermedades endocrinas: alteraciones tiroideas o diabetes. La corrección de las mismas, junto con hábitos de vida saludable, podría mejorar nuestras posibilidades de gestación evolutiva.

En la Unidad de Reproducción La Vega abordamos de manera integral el estudio de los abortos. Asesoramos y ofrecemos soluciones a cada una de las posibles causas para lograr la mejor receptividad uterina y embriones cromosómicamente testados, aumentando así las posibilidades de tener un hijo sano en casa y evitar un nuevo aborto.