La Inseminación Artificial (IA) consiste básicamente en la colocación del semen dentro del útero, después de haber sido capacitado en el laboratorio. Este procedimiento es de los más sencillos, y generalmente, se realizan como máximo cuatro ciclos de inseminación antes de emplear otros métodos más complejos.
La IA puede ser conyugal (IAC), si los espermatozoides proceden de la pareja, o de donante (IAD), en casos de maternidad en solitario o si existen problemas de infertilidad masculina. Todos los donantes de semen son mayores de edad, asumen el anonimato, y están detalladamente estudiados para descartar problemas congénitos, malformaciones y enfermedades de transmisión sexual. El semen de donante se selecciona en función del grupo sanguíneo y las características físicas de la pareja que lo solicita.