La transferencia embrionaria, intervención esencial para lograr el embarazo

La transferencia embrionaria, intervención esencial para lograr el embarazo

UR HLA LA VEGA
Nuria Castelló

La transferencia embrionaria, intervención esencial para lograr el embarazo

La transferencia embrionaria es un procedimiento calve en la consecución del embarazo ya que, todo el trabajo, esfuerzo y dedicación depositados por parte del equipo profesional, se verán reflejados con el éxito de esta técnica.

Con esta intervención los ginecólogos depositamos los embriones en el útero materno. Es el momento en que el embrión o embriones entran en contacto con la cavidad uterina. Supone el paso culminante de un tratamiento de reproducción asistida –Fecundación In Vitro (FIV), ovodonación o embriodonación-, tras la fecundación y desarrollo de los embriones en el laboratorio.

Son tres los factores sobre los que podemos influir en el acto de la transferencia: el embrión, el endometrio y la técnica empleada. A pesar de que se trata de un proceso de baja complejidad, en el Grupo UR consideramos que, tan importante es el potencial biológico del embrión y la receptividad endometrial, como la realización adecuada de la transferencia.

La preparación endometrial puede llevarse a cabo tanto en ciclo natural como en ciclo modificado. El primero cosiste en aprovechar las hormonas que produce el propio organismo de la mujer para dicha preparación, mientras que en el segundo se administran dichas hormonas de forma exógena, básicamente estrógenos y progesterona. A día de hoy, la ecografía sigue siendo el método más útil y no invasivo del que disponemos para la valoración endometrial. Para referir que el endometrio se encuentra preparado nos fijaremos tanto en el grosor como en el aspecto del mismo. Los niveles hormonales en sangre de estas dos hormonas en las horas previas a la transferencia pueden complementar el estudio. Por otro lado, se han creado tests que analizan la expresión génica del endometrio, aunque se requiere mayor evidencia para validar sus indicaciones.

Los embriólogos juegan un papel fundamental en cuanto a las variables que al embrión se refieren. Estas variables son, principalmente, el grado de desarrollo embrionario, la calidad embrionaria y el número de embriones a transferir. Puede tratarse de embriones “en fresco” o previamente vitrificados. La vitrificación es una técnica que permite conservar los embriones en unas condiciones óptimas para darles un uso posterior.

La técnica empleada para realizar la transferencia debe ser individualizada, teniendo presente factores como la prueba de transferencia o las transferencias previas si las hubiese. La prueba de transferencia consiste en un ensayo utilizando la misma cánula que posteriormente se utilizará para introducir los embriones en el útero. Se realiza en un ciclo previo; si aparece algún problema que dificulte el paso sencillo de la cánula de transferencia se procede a realizar el tratamiento ó la actuación pertinente para que esa dificultad desaparezca.

Es fundamental la coordinación del equipo y, concretamente, entre embriólogos y ginecólogos, para poder consensuar las condiciones más idóneas de transferencia embrionaria, con el objetivo de poder garantizar la realización del procedimiento de una forma personalizada, que mejor se adapte a la situación reproductiva de cada caso. En el Grupo UR cuidamos al máximo cada paso realizado durante el procedimiento.

Una vez los pacientes abandonan nuestra unidad de reproducción, empieza el periodo de la “betaespera”, en el cual se abre un abanico de emociones y sensaciones que les van a acompañar hasta el momento decisorio: el resultado de la analítica. Durante este periodo, se deben seguir las pautas indicadas por el ginecólogo, siendo especialmente importante mantener el aporte de progesterona. No hay ningún estudio que demuestre que la actitud repercuta en el resultado, sin embargo, sí creemos que un estado positivo y relajado causa una reacción en cadena de pensamientos, sucesos y óptimos resultados.