Embriogénesis: formación y desarrollo del embrión

Embriogénesis: formación y desarrollo del embrión

El cigoto es la célula que se origina de la unión del óvulo y el espermatozoide. Es el primer estadio de vida, y a partir de él se formará el embrión tras sucesivas divisiones celulares. El cigoto comienza su división celular al día siguiente de la fecundación. A las 30 horas pasa a ser un embrión de día 2 que ya cuenta con unas cuatro células. En la semana doce de gestación, el embrión pasa a denominarse feto.

En los tratamientos de reproducción asistida, la fertilización del óvulo se lleva a cabo en el laboratorio, y conseguir la formación de embriones sanos y de calidad es el principal objetivo para conseguir el embarazo.

En nuestro laboratorio de embriología lo primero que tratamos y optimizamos son los gametos de la pareja de manera individual. Todo comienza con la obtención de óvulos y espermatozoides. Durante la punción folicular, el ginecólogo captura los ovocitos durante una sencilla intervención guiada por ultrasonido que tiene una duración de unos 10 minutos. Va pinchando los folículos a la vez que succiona el líquido que contienen. Los óvulos flotan en ese fluido que va directamente a los tubos de ensayo que se encuentran a una temperatura de 37 ºC. El material biológico se traslada al laboratorio donde nuestros biólogos analizan las muestras para ir recuperando los óvulos maduros que quedarán listos para ser fecundados.

En cuanto al varón, tras la eyaculación se realiza un proceso de capacitación espermática que permite a los espermatozoides liberados adquirir la capacidad de fecundar los óvulos. Se trata de una serie de modificaciones en su estructura y movilidad que consiguen que el espermatozoide pueda penetrar la gruesa membrana que recubre el ovocito para poder fusionarse con él y dar lugar al embrión.

Embriogénesis

La formación y desarrollo del embrión se denomina embriogénesis. Un proceso complejo que se produce durante las primeras semanas de la fertilización y tiene distintas etapas.

  1. Fase germinal, desde la fecundación hasta la segunda semana de vida. En este periodo el cigoto se autorreplica repetidamente creando el conjunto de células que dará lugar al embrión.
    Alrededor del quinto día de su desarrollo, se inicia el crecimiento de otro tipo de células llamadas blastómeros, que se multiplican y organizan en tres capas diferenciadas. En este estadio el embrión adquiere el nombre de blastocisto.
  2. Organogénesis. En la tercera semana de desarrollo, el embrión adquiere tres capas germinales, su forma es redondeada y las capas de las células se diferencian, dando lugar a las estructuras originarias del futuro bebé y de todos sus tejidos y órganos.
  3. Período embrionario. Durante ocho semanas a partir de la fecundación, la capa más externa (ectodermo) originará el sistema nervioso y de la epidermis. La segunda capa (mesodermo) creará los huesos, músculos, riñones, sistema circulatorio, cartílagos, tejido conectivo, tejido adiposo y aparato reproductor. La última capa en desarrollarse (endodermo) dará lugar a los pulmones y vías respiratorias, sistema digestivo, hígado, páncreas, vejiga urinaria y tiroides.

En el tercer mes el embrión toma el nombre de feto y ya mide 9 cm. En una de sus primeras transformaciones pierde la apariencia asexuada y presenta nítidamente su condición masculina o femenina. Todos los órganos se encuentran formados, y de ahí en adelante sólo deberán perfeccionarse. La placenta funciona perfectamente, uniendo al feto con la madre. Disminuyen los riesgos de aborto y el feto aumenta su resistencia contra agentes agresores.

En un tratamiento de reproducción asistida vamos observando observando y estudiando el desarrollo de cada embrión para transferir al útero materno aquel que presente los mejores parámetros y potencial de implantación en el útero materno una vez transferido, esperando un buen resultado evolutivo y el nacimiento de un bebé sano.