El número de embriones de calidad obtenidos de un ciclo de fecundación in vitro puede ser superior a los necesarios para la transferencia. En estos casos, los embriones sobrantes pueden ser crioconservados en el banco de embriones, para utilizarlos posteriormente en otra transferencia si no se obtuviera un resultado deseado, o bien en el caso de querer aumentar la familia.
La congelación de los embriones se realiza mediante el proceso de vitrificación, técnica ultrarrápida, que en cuestión de segundos alcanza, los 196º bajo cero, manteniendo intacta la calidad de los embriones.
Nuestra tasa de éxito con la vitrificación de óvulos es superior al 50%; porcentaje que se asemeja al de las transferencias realizadas con embriones en fresco, situado muy por encima de la media anual publicada por la Sociedad Española de Fertilidad.